Recupero la siguiente entrevista publicada en PERGOLA:
- Entre los temas tratados
en Fracturas (por ejemplo, el tiempo
pasado, el amor, la naturaleza y la palabra escrita), destaca, por su
frecuencia, la muerte, presente sobre todo en la última de las tres partes del
libro.
Así es. La poesía es parte vital del ser humano, se
alimenta de la experiencia personal para formarse poema. Por desgracia, hace un
tiempo me tocó vivir algunos sucesos lamentables, de ahí que surgiera esa
temática para el libro.
- ¿Es acertado decir que
este poemario podría haberse titulado también Pérdidas o Desgarros?
El término Fracturas, como título, no representa solamente a
la temática común de los poemas, sino también a la variedad formal que se da en
estos. Por lo tanto, ese rompimiento de las formas, junto con la temática
principal del libro, es lo que me llevó a elegir esa palabra y no otra. Me
parece la más acertada.
- Uno de los versos del
libro es: “quien escribe al poeta es el poema”.
Y lo suscribo ahora. Es un verso que podría dar mucho
de sí en una conversación; sin embargo, creo que la poesía no debe explicarse,
puesto que la palabra poética alcanza distancias a las que no es posible llegar
mediante un razonamiento básico.
- En su poesía es muy
importante la capacidad de mirar, de observar lo que le rodea y su propio
interior.
Sí, pero no solo en mi poesía sino en la poesía en
general. La contemplación es, sin ninguna duda, uno de sus pilares esenciales.
- Según Basilio Sánchez, su
poesía es “una especie de autorretrato del espíritu en el que están presentes
los estremecimientos de una vida sencilla y las lealtades de una honda comunión
con las cosas”. ¿Está de acuerdo?
Supongo que sí, claro. Basilio Sánchez es uno de los
poetas españoles más interesantes que hay en la actualidad. Es un maestro, y
uno solo puede escucharle, leerle y aprender.
- Tras cinco poemarios, Azul nocturno es su primer libro de
cuentos. En la nota final dice: “el cuento y el poema han convivido en mí desde
el primer día en que pude sujetar con mi mano un lápiz para escribir palabras”.
¿Cómo afronta la escritura de cada género?
Bueno… No lo sé muy bien, realmente. Escribo lo que me
apetece cuando me apetece. Hay momentos en los que me siento saturado de un
género y entonces me paso al otro. Voy alternando. Se lleva mejor así.
- Azul nocturno resulta un volumen muy variado, en temática y en
extensión de los textos.
Claro. Yo no he escrito un libro de cuentos (lo que
requiere una unidad temática general), sino cuentos sueltos que he agrupado
finalmente. Como lector, me gusta encontrarme esa variedad en los libros de
otros, y por lo tanto opero de la misma forma como autor.
- Entre los ingredientes
que forman Azul nocturno está la
mezcla de lo onírico y lo real, como en la historia de un niño al que no le
gusta ir al colegio y que quisiera quedarse siempre en el refugio que
representa el bosque con el que sueña.
Lo onírico y lo real son dos caras de una misma
moneda. De hecho, los recuerdos sobre un suceso pasado (si este no se puede
probar, digamos, físicamente) guardan la misma impresión, la misma sensación, para
nosotros que los sueños. Es indistinguible, y esto da mucho juego en lo
literario.
- En varios cuentos está
presente la literatura: por ejemplo, en el protagonizado por un hombre que lee
de forma compulsiva y que, cuando siente hambre, se come lo que escribe.
La literatura forma parte de mi vida, es un pilar
indispensable para mí, así es que parece lógico que de vez en cuando se deje
ver a sí misma en lo que escribo.
- El protagonista de otra
de las narraciones confiesa que ha buscado toda su riqueza en los libros, en el
número de lecturas realizadas. ¿Usted diría lo mismo?
Creo que no. No tengo la sensación de haber entrado
nunca en un libro para buscar algo, salvo que se tratase de un diccionario o
una enciclopedia, claro está. A los libros uno llega, más bien, entregado.
- ¿La locura de Alonso
Quijano demuestra que los libros tienen algún tipo de veneno?
Desde luego. La literatura es pasión, y en ocasiones
esta puede resultar enfermiza. Pero se lleva bien. Yo, al menos, lo llevo bien.
.
Entrevista realizada por Roberto Ruiz de Huydobro con motivo de la publicación de mis libros Fracturas y Azul nocturno.